Hola a tod@s!
Cuando decidí reunir los libros que habían llegado a casa durante los últimos dos meses para escribir esta entrada, no creía que la suma sería tan mastodóntica: la suerte me ha sonreído muchísimo este verano en cuanto a sorteos pero, aún así, sé que son demasiados. Reconozco que me da cierto pudor mostrar todas estas novelas: no crean que soy una acaparadora, estos dos últimos meses han sido totalmente irrepetibles y excepcionales y creo que nunca volverán a entrar tantos libros juntos a mi biblioteca. Tampoco quiero ir de "pobrecita" por la vida: a mí, como creo que a cualquier aficionado a la lectura, le gusta tener sus estanterías llenas, y he adoptado a cada uno de estos libros con gran entusiasmo... Pero creo que en un futuro próximo intentaré ser más comedida en mis compras y mis participaciones en sorteos puesto que, de momento, tengo la despensa llena para rato.
Tras esta introducción plagada de quejidos y lamentos, les muestro lo realmente interesante: los nuevos inquilinos de mis estantes que en julio y agosto vinieron para quedarse.
Estas dos novelas de sugerentes títulos me llegaron gracias a la mediación de sus responsables: Juan P. Vidal, autor de Los sueños de la memoria, contactó conmigo para ofrecerme amablemente su escrito, que acepté gracias a un argumento interesante que hizo que me picara la curiosidad. Por otro lado, la Editorial Anantes me ofreció un libro que tenía remarcado en mi lista de deseos gracias a las buenísimas reseñas que he leído sobre él: se trata de El guacamayo rojo, de Manuel Machuca, una historia a la que le he seguido la pista por medio de varios blogs literarios y que creo que no me va a decepcionar en absoluto.
Y... ¡empezamos la sección de compras! Hasta que no me puse a pensar en su procedencia no me di cuenta de que muchos de los libros que en los dos últimos meses llegaron a casa vinieron conscientemente de mi mano: a pesar de los sorteos ganados, los descuentos veraniegos hicieron que comprara bastantes más libros de lo habitual. Los dos primeros que les muestro son causa y consecuencia: en mi librería de cabecera se proporciona una tarjeta a los clientes donde se van apuntando todas sus compras y, cuando has hecho 10, suman todos los importes y te descuentan el 10% en tu siguiente adquisición... Este método me sirve para hacerme con libros especialmente caros, como la edición de lujo de Juego de Tronos que me faltaba para completar la colección: de casi 40 euros que sale, me ahorré unos 30... ¡como para no llevármelo a casa! Para aplicar la reducción rellené antes mi cartilla con la compra del tercer cómic de Blacksad, Alma roja: me gusta mucho la historia y el dibujo de estos tebeos y pretendo hacerme poco a poco con todos los que han ido saliendo al mercado.
Estos tres libros me costaron en su conjunto menos de 15 euros, lo que me parece un buen negocio: por una parte me hice con Guía del autoestopista galáctico, un libro que pretendía leer en verano pero que dejaré para el otoño que se avecina: me da bastante buen rollo esta lectura y espero que no me decepcione. Al poco de morir Ana María Matute salieron varias ediciones a muy buen precio de sus obras y aproveché para comprarme Aranmanoth, un libro de fantasía con el sello de esta genial autora que seguro leeré dentro de muy poco. Por último y después de visionar un aluvión de tatuajes con una de las frases que conforman el libro, invertí en Matadero Cinco, una historia que parece que no deja indiferente y que me intriga muchísimo.
Aquí tenemos al grupo de los rezagados: estos dos libros los pedí a Bookdepository entre mayo y junio, y acabaron llegando cuando menos los esperaba. Por un lado tenemos la archiconocida novela Stoner, comprada en un arrebato de indignación hacia mí misma por estar dejando pasar el tiempo sin acercarme a este libro que promete casi casi cambiarme la vida. Por otra parte les muestro uno de los libros más bonitos que he adquirido en mi vida, que no es ni más ni menos que Emma, de Jane Austen. A pesar de que compré la versión en inglés de la historia y que ando un poco oxidadilla con el idioma de Shakespeare, no pude evitar caer rendida ante la belleza formal de este libro, que se multiplica cuando lo ves en directo: textura suave que juega con la ilusión de un bordado, páginas cortadas irregularmente, tacto rústico que enamora... Poco a poco iré leyendo esta obra a la que le tengo muchas ganas desde tiempos inmemoriales.
Y aquí vienen mis últimas compras: en un paseo por una gran superficie de cuyo nombre no quiero acordarme, tropecé con Philippe Derblay, uno de esos libros de dÉpoca que uno quiere tener en su colección. Me sorprendió que estuviera medio escondido y semi tirado, por lo que no pude evitar rescatarlo de las garras de esa gran empresa y llevármelo a casita, con sus otros hermanitos. Finalmente, el 1 de agosto cerré mi presupuesto para libros, que se había desmadrado locamente en julio, comprando Una cocina a prueba de ratones: ya había visto el libro alguna vez y me atraía, pero me lo llevé conmigo un día que tenía un bajón anímico considerable; esto, unido a una visita a la librería es una combinación fatal. No pensaba comprar nada, pero entonces leí que la faja decía "una novela autobiográfica, sincera y divertida sobre cómo salir adelante cuando nada resulta ser como teníamos pensado"... y caí. Aunque otras veces he manifestado públicamente mi desprecio absoluto por las fajas publicitarias, reconozco que esta frase me tocó en el momento adecuado y piqué: no creo que sea una lectura que vaya a remover los cimientos de mi existencia pero, ya que me hice con ella, me gustaría comprobar si saco de ahí algo bueno para añadir a mi maleta lectora.
Prometo que desde hace mes y medio no me gasto un duro en libros, pero es que tampoco ha hecho falta: he ganado varios sorteos, con lo que el flujo de ejemplares ha seguido llegando a casa. Uno de los que más alegría me dio ganar fue el de Rustis y Mustis, porque incluía un libro al que le tengo bastantes ganas: Tu nombre después de la lluvia.En el pack que gané también venía otro libro de la editorial dÉpoca, La Princesa Tarakanova, que resulta que lo tengo repetido: como durante los últimos meses he estado moviendo libros y reestructurando la estantería no estaba con el resto de libros de la editorial que poseo y me despisté... Así que supongo que intercambiaré o regalaré uno de los dos ejemplares, para que alguien más pueda disfrutarlo. De este sorteo aún falta un libro por llegar, pero me temo que se ha perdido por el camino.
En el blog Polvo de Libros gané dos libros con una pinta muy fresquita, ideales para estos calores: por una parte tenemos Todo esto no tiene nada que ver conmigo, que ya lo leí y me resultó la mar de curioso y por otro lado está El corazón tiene muchas habitaciones, que parece ser una de esas historias de amor intensas que no se olvidan fácilmente...
En el blog Atrapada en unas Hojas de Papel se organizaron este verano varios sorteos interesantísimos: yo gané uno de ellos, en el que el premio fue la primera y segunda parte de la saga Oblivion, muy popular en la blogosfera literaria juvenil. A mí me gusta acercarme de vez en cuando a este género, por lo que estos libros me vendrán bien para retomar el yo adolescente que a veces quiere juerga y al que últimamente saco poco de casa...
Gracias a Tatty conseguí una muy apetecible novedad editorial, titulada Alguien dice tu nombre: de momento todo lo que he leído sobre este libro ha sido bueno, por lo que tengo unas expectativas razonablemente altas. En el blog de Isabel conseguí un libro que me hace especial ilusión leer, ya que está escrito por un compañero bloguero; se trata de De mal en peor, de José Zamora (más conocido por estos lares como BookCyFer), que creo que me sorprenderá tan gratamente como espero.
En julio aproveché mi tiempo libre para inscribirme en un curso de encuadernación: aprendí mucho y me pareció un oficio fascinante, ¡ahora es cuestión de seguir practicando! Allí hice buenas migas con mi compañera de pupitre, una gaditana que había venido expresamente a Tenerife a formarse en este tema... Como llevaba mucho peso en la maleta y vio que me gustaba leer me regaló el libro que se había traído para el viaje, De todo lo visible y lo invisible. Yo hace muchos años que no leo nada de Lucía Etxebarria, pero no tengo mal recuerdo de ella, aunque parece ser que cae bastante mal... El caso es que este libro me llama la atención y, aunque no sea una prioridad, lo leeré más temprano que tarde. El último libro físico que recibí fue En secreto y lo gané en el blog de Stríndice allá por el mes de febrero, pero por ciertas dificultades técnicas lo recibí justo en plena avalancha de libros veraniegos: no tengo demasiadas referencias respecto a esta historia, así que seguro que consigue asombrarme.
Por último cayeron también algunos libros electrónicos inesperados durante el veranito: Alicia Ordiz me hizo llegar un ejemplar de Andrajos, novela que está recibiendo críticas muy positivas. De parte de Joshua BedwyR, recibí La mente perversa, un thriller contemporáneo donde el autor se reinventa después de haber escrito una estupenda novela histórica perfectamente documentada. Y ya para finalizar decidí adquirir mi ejemplar de Un hotel en ninguna parte, de nuestra compi Mónica Gutiérrez, ya que a cada nueva reseña que iba saliendo los dientes se me ponían más largos y eso no podía seguir así: ¡soy de las pocas que no se ha sumergido en las serendipias de Mónica y tengo que poner de mi parte para que esto cambie!
Siento mucho la mega extensión de esta entrada, pero es que había mucha tela que cortar, como han podido ver... Doy mi palabrita de niñajesusa de que me los leeré todos o me dejaré la vida en ello, ¡aunque no sé cuándo les llegará el turno a cada uno! Gracias por leerme, por animarme a publicar esta entrada que tanta vergüencita me ha dado y espero sus opiniones: cuéntenme, ¿qué les parece la cantidad y calidad los libros que me invadieron durante julio y agosto? ¿Me robarían alguno? Doctor, ¿esta enfermedad tiene cura? Abrazos! ;)