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Channel: El Lado Frío De Mi Almohada | Lectura Inquieta
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Previously... (XIII).

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Hola a tod@s!

Han pasado dos meses desde mi último Previously, así que éste viene cargadito: la culpa fue del chachachá, o más bien de las Navidades y sucesivos, que me impidieron planificar correctamente las entradas del blog. Voy a intentar ser lo más breve posible, pero les aviso que en este post recopilo lo que ha sucedido en mi vida lectora los dos últimos meses: podía haberme limitado a hablar de enero, pero me daba mucha penita no mencionar lo que leí y reseñé en diciembre así que, aún a riesgo de que no se quede ni el tato lo incluyo, que al fin y al cabo, el blog también me sirve como diario para recordar las páginas entre las que he nadado. Sin más dilación,¡aquí van mis últimas lecturas y opiniones al respecto!


Lo reseñado:

Las reseñas de los últimos meses han sido pocas pero considero que variadas: como tengo un montón de opiniones por redactar, he intentado ir variando las temáticas para que no se me aburran y piensen que siempre hablo de lo mismo. En diciembre cuatro libros marcaron el mes: empecé celebrando el cumpleaños de Platero y yo, un clásico inmortal que había leído hace muchos años y que volvió a llenar de poesía mi imaginario personal. Seguí mostrándoles El mapa del caos, una novela que significó el frustrante desenlace de una trilogía que me había hecho pasar grandes ratos: supongo que la culpa es mía por no ser capaz de conectar con el universo del autor una vez más, pero creo que algo de responsabilidad tienen también las más de 300 páginas que le sobran a la historia... Para felicitarles las fiestas me decanté por enseñarles cómo es Una Navidad con Croqueta y Empanadilla, un pequeño cómic de lo más adorable que es capaz de enternecer hasta al grinch más cascarrabias. Y, como colofón de un año de buenas lecturas, le llegó el turno a Virginia Woolf y su Orlando, una historia con la que tenía cuentas pendientes y que consiguió hipnotizarme: se las recomiendo mucho. 

Enero fue mucho menos fértil en reseñas: el comienzo del año me arrolló por completo y apenas he tenido tiempo (y fuerzas suficientes, para qué negarlo) para dedicarme seriamente al blog. Entre repasos, retos, celebraciones, sorteos y proposiciones se me ha ido el mes sin apenas hablar de libros, que es para lo que estamos. Decidí que mi primera reseña del año fuera la de La estrategia del pequinés, un libro que leí en verano, que me gustó mucho y que me apetece recomendar: es una novela negra diferente, con sabor canario, que creo que sorprenderá a la mayoría. También hablé de Dora Bruder, obra del flamante ganador del Nobel de Literatura Patrick Modiano: a pesar de utilizar un punto de vista novedoso para contar su historia, me pareció un autor algo frío y distante y no creo que repita con él en breve. En mi página de Facebook le hice hueco a un pequeño álbum ilustrado, Cereza, Guinda, una delicada historia de soledad infantil que, en pocas páginas, consigue impactar al lector gracias a su cándida profundidad.


Lo leído:

Durante los últimos meses, he leído de todo un poco: desde grandes obras clásicas, como los ya comentados Platero y yo, Orlando o la primera parte de Don Quijote de la Mancha (finalizado a raíz de un reto que hizo que este libro me acompañara durante todo 2014), a encantadores cómics como Una Navidad con Croqueta y Empanadilla, pasando por otras historias sin una etiqueta tan visible pero con un alma singular. En esta categoría encontramos Un hotel en ninguna parte, novela de nuestra compi Mónica-Serendipia que me acompañó durante un viaje y me ayudó a mantener mi cabeza aún más en las nubes con las hermosas descripciones del Bosc de les Fades, un lugar en el que, sin duda, desearía perderme. También me dejó huella La nieta del señor Linh: mira que me lo habían recomendado, pero como escéptica titulada no pensaba que me fuera a impactar tanto... ¡Qué maravilla de libro! No sé cómo se puede decir tanto en tan pocas páginas... No se lo pierdan, es una joya. Felices los felices era una obra que me atraía muchísimo por culpa de su nombre, tan sonoro en el área de las lecturas impulsivas de mi cerebro... Sin saber mucho de qué iba lo leí y me gustó, aunque sin grandes alharacas. Y uno que llevaba tiempo queriendo leer y que me atrajo desde un primer momento por culpa de su bellísima portada fue El devorador de calabazas, una historia que me sorprendió mucho por su modernidad, por los temas que abarcaba y por la manera en la que la autora los resolvía: me dio para pensar varios días después de su lectura sobre el proceder de sus protagonistas y cómo actuaría yo si estuviera en su lugar... ¡espero comentarlo detenidamente no dentro de mucho tiempo! También me estrené con el misterioso Danielewski mediante La espada de los cincuenta años, un cuento terrorífico y con una maquetación muy particular del que destaco su bella edición por encima de la historia, que no me dijo demasiado: creo que este relato está pensado para ser representado, no para ser leído.


La viñeta lectora del mes:

Les enseño la imagen que elegí en enero para ilustrar el blog y que he decidido que repita lugar en febrero: se trata de una composición muy curiosa, donde una silueta negra con un libro como piernas afirma contundente Leer te mueve. Quise empezar el año con ella para  activar los mecanismos oxidados tras tantos días de asueto como los que tuvimos en diciembre... Pero como no me moví demasiado el mes pasado, dejo que se quede un par de semanas más para ver si el lema y la determinación del muchacho protagonista me contagian con su entusiasmo.

Pues nada más, amig@s, ¡esto es todo por hoy!No sé si han llegado hasta aquí o han huido espantados ante el mega repaso ofrecido: a partir de ahora intentaré llevar las cuentas mes a mes, ¡palabrita de ericito picón! ¡Muchas gracias por leerme y feliz semana! Abrazos! ;)



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